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lunes, 11 de abril de 2011

24 HORAS CON JIMY (segunda parte)

Jimy ya esta con su madre y sus hermanos patitos, todo va bien me siento feliz, saber que has hecho lo correcto siempre te llena de satisfacción, tal es así que me quede un rato comentando la acción con un señor que me observaba atentamente.
Pero al poco, veo a la pata picotear a Jimy, de pronto este aleja del grupo, algo va mal, parece como si no lo quisiera, Jimy empieza a deambular por el canal mientras es increpado por otros patos, no doy crédito a lo que estoy viendo.
 Jimy empieza a acercarse a la orilla me apresuro para cruzar el canal por el puente mas próximo  intentando no perder de vista a Jimy y cuando estoy a su altura y a poco más de un metro de distancia, este, escapa al verme y se vuelve otra vez hacia su madre y sus patitos, por un momento me alegro y pienso se habría despistado, pero cuando da alcance al grupo la pata lo vuelve a picotear, esta vez con más violencia si cabe.



Entonces poco a poco se acerca a la orilla, yo lo llamo intentando que venga hacia mi.



Al fin se sale del agua y se queda como a uno dos metros de distancia de mi, esta empapado ya que su madre lo hundía cada vez que lo picoteaba, y aunque hizo mención de escapar cuando lo fui a coger, no avanzo ni medio metro para dejarse envolver en mis cálidas manos, estaba tiritando y mientras dos señores comentan la historia de Jimy, yo empiezo a secarlo con un pañuelo de papel.
Otra vez, me veo con Jimy en casa, le doy de comer, para quedarse luego acurrucado en mi mano, mientras el sol lo calienta en mi ventana.



El día transcurre entre comer y dormir, mientras, intento pensar que hacer con Jimy ya que sin los cuidados necesarios y una alimentación adecuada su futuro estaría en peligro.
A media tarde y ya casi repuesto del susto de la mañana es tiempo de arreglarse como si fuera a salir en busca de (novia o novio).





A la mañana siguiente el destino de Jimy ya esta decidido, aunque la verdad, he de decir que ya me estaba encaprichando de él, pero no puedo cuidar de algo tan delicado y frágil, así que comienza su pequeño viaje hasta el centro de recuperación de la fauna silvestre en la Alfranca, perteneciente al gobierno de Aragón.
Hasta siempre Jimy, y que tu futuro, sea tan bueno como el del resto de los ánades reales y patos de este canal.
Recuerda que es más gratificante hacer el bien que hacer el mal.




3 comentarios:

  1. Me quedo con tu frase: saber que has hecho lo correcto siempre te llena de satisfaccion... y yo añadiria o si no has hecho lo correcto, al menos todo lo que esta en nuestras manos.

    Un saludo

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  2. Tienes un gran corazón Victor. Esperemos que a Jimy le vaya bien.

    Un saludo!

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  3. Bueno Victor,qué se le vá ha hacer, has hecho lo correcto. Quizá su madre algo olió de ti ( ya sabes que la fauna silvestre es muy estricta) y acabó no identificando lo suficiente a su propio hijo. Y es que hay amores,que no olores,que matan, como la Belén Esteban, que por cualquier cosa....ma-ta.Quizá deberias de habértelo quedado tú, y que creciera a tu lado, que por cierto, no lo hacias mal, y en su momento de adulto le dás la libertad...no sé, siempre te quedará la duda. Aunque esto es un mal rollo, un pato donde no debe de estar es en un piso, su lugar es la natura, y creo que has hecho lo más correcto.La próxima vez de agencias un jabalí..
    Saludos Victor. Miguel Seder.

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